En nuestra entrada de hoy hablaremos de la leche de soja, una de las leches vegetales más consumidas a día de hoy, ya que supone una buena opción para la gente que sufre intolerancia a la lactosa, además de que sus propiedades nutricionales aportan grandes beneficios a nuestro organismo.
La leche de soja se obtiene a partir de la mezcla de soja con agua, y al igual que otras leches, se puede utilizar para elaborar batidos, cremas, yogures y todo tipo de lácteos.
Lo que hace a la soja verdaderamente especial, es que es la única legumbre que contiene todos los aminoácidos esenciales para el cuerpo. Además, tiene componentes como lecitina o isoflavonas. La primera de estas sustancias ayuda a prevenir enfermedades cardíacas, y el segundo, protege a las mujeres del cáncer de mama.
Los ácidos grasos que nos encontramos en la soja son poliinsaturados, esto quiere decir que son ácidos grasos esenciales Omega 3 y carecen de colesterol.
La leche de soja puede ser consumida tanto por jóvenes como por personas adultas/ancianas, siendo apta para diabéticos, y para personas que sufren intolerancia a la lactosa, como hemos mencionado anteriormente.
A parte de disponer de todos los aminoácidos esenciales, es rica en proteínas y cuenta con una buena dosis de calcio y fósforo. Su contenido en magnesio ayuda mucho a personas hipertensas, y previene problemas cardíacos y artrosis.
Esta bebida también tiene una fuente realmente buena de vitamina B6 y ácido fólico, además de una gran cantidad de hierro.
Aunque veamos que la leche de soja tiene tan buenos beneficios, no conviene dársela a niños menores de cinco años, ya que para ellos existen otras alternativas alimenticias acordes a su desarrollo y crecimiento, así como son las verduras, pescados o legumbres entre otros. De todas formas no está de más preguntar a nuestro médico o nutricionista de confianza si podemos o no consumir esta bebida, ya que cada persona es diferente.
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